Frente a la innovación y diseños futuristas, los fabricantes de electrónica de consumo recuperan dispositivos clásicos que, como el célebre tocadicos, vuelven a tener una segunda vida en plena era de la digitalización absoluta.
Es posible que lo que hoy se considera «moda», mañana ya deje de serlo. Es más, seguro que sucederá. La vida, así en en general, responde a comportamientos cíclicos, también en el mundo de la tecnología de consumo donde todo parece tener una segunda oportunidad. ¿Nostalgia o necesidad? El interés por lo retro va más allá y, como ejemplo de ello, son algunas propuestas de grandes firmas del sector que han apostado por incluir en sus catálogos de productos más recientes dispositivos considerados quasi primitivos.
El reproductor de discos de vinilo, el tradicional tocadiscos, nunca se fue. Pero ahora está en boca de todos. Numerosos artistas han seguido editando en este formato analógico que los puristas y melómanos aseguran que ofrece mayor calidad de audio que la música digital. En géneros musicales como el rap, sin ir más lejos, se ha continuado explotando sus virtudes gracias al empuje de los DJ. Mientras que el formato CD ha perdido un 29.8% en el último año superado por las descargas digitales por primera vez en la historia, el vinilo goza de buena salud y ha incrementado su negocio en un 56.6% en este periodo, según datos de la firma de análisis Nielsen.
Así, y respondiendo a las demandas cada vez mayores de los consumidores, firmas como Sony o Panasonic han decidido desempolvar este aparato electrónico para adaptarlo a los nuevos tiempos. Para el lanzamiento del nuevo modelo del célebre Technics, el modelo SL-1200 ha introducido un nuevo motor, el cual se encuentra desprovisto de núcleo de hierro con el que las fuerzas de desplazamiento desaparecen, eliminando las vibraciones y fluctuaciones anteriores. Coincidiendo con el cincuenta aniversario de su lanzamiento, la firma japonesa ha remodelado otros aspectos técnicos como el brazo fonocaptor, fabricado en aluminio que promete un mejor efecto de amortiguación.
Sony, su rival local, ha hecho lo propio con el PS-HX500. Su nuevo tocadiscos incluye un sistema de digitalización que da la opción de convertir la música analógica en formato de audio DSD de alta calidad, por lo que se puede copiar las canciones a un ordenador como archivos digitales. ¿Y qué decir del reproductor Walkman de toda la vida? La firma japonesa también ha presentado el A26, que ofrece capacidad de 32 GB -equivalente a más de 4.000 canciones-, ampliable hasta 128 GB mediante tarjeta microSD y que cuenta con conectividad inalámbrica (NFC y Bluetooth) para vincularse con auriculares estéreos.
En el campo de la imagen, Kodak ha revivido la Super 8, aquella cámara creada en 1965 y que regresa a la actualidad para proporcionar la grabación en un formato cinematográfico muy popular en la década de los años setenta. De lentes intercambiables, el nuevo modelo incorpora importantes novedades técnicas tales como un puerto USB, un visor LCD y permite capturar imagen en cinco velocidades diferentes. El sonido se graba en una tarjeta SD, mientras que la imagen se almacena en un cartucho. De aire retro también, Olympus ha presentado recientemente la Pen-F, una cámara de 20 megapíxeles con la que apuesta por un diseño propio de los años sesenta.
Lo retro y vintage se pone de nuevo de manifiesto. Para aires nostálgicos, los presentados por Crosley con un sistema de audio con estética de las míticas rockolas. ¿Recuerdan los acabados clásicos de esas máquinas de los años cincuenta? Se pueden tener hoy en día y con algunas innovaciones técnicas como el modelo Jukebox Oak, que cuenta con conexión Bluetooth para transferir archivos de forma inalámbrica y control remoto.